En la mayoría de smartphones, vienen preinstaladas aplicaciones las cuales no podemos eliminar. Y eso supone una cantidad de espacio ocupado innecesariamente, además de estar activos servicios que gastan recursos y buscan actualizaciones.
Normalmente la única posibilidad de desinstalar las aplicaciones ya preinstaladas, es habilitarse como usuario root (administrador) del sistema. Pero esto no es tan simple además de poder perder la garantía de compra si la hay.
Por suerte en Android a partir de la versión 4 del sistema, es posible deshabilitar las aplicaciones preinstaladas si se desea. Reduciéndolas al mínimo espacio y dejándolas totalmente inertes.